Una excelente noticia recibió el profesor del DCC, Alejandro Hevia quien en mérito de su trabajo como docente e investigador fue ascendido a Profesor Asociado en la jerarquía académica de la Universidad de Chile. "La promoción a Asociado le da un respaldo institucional al esfuerzo de harto tiempo, a una visión personal de qué significa ser un buen académico. Es la Universidad y tus colegas diciéndote dale Alejandro, creemos que lo que haces es positivo para la Universidad", comenta el académico.
Según el reglamento universitario, el Profesor Asociado deberá "demostrar capacidad para orientar en forma innovadora programas de docencia de pregrado, postgrado y especialización; dirigir y realizar programas y obras originales de investigación o creación, además de actividades de extensión; contribuir a la formación de especialistas en su campo y desempeñar labores de administración institucional".
Alejandro Hevia es Ingeniero Civil en Computación de la Universidad de Chile y Doctor en Computación de la Universidad de California, San Diego. Su trabajo académico se enfoca en las áreas de seguridad computacional y criptografía aplicada, siendo también director del Laboratorio de Criptografía Aplicada y Ciberseguridad (CLCERT) de la Universidad de Chile.
Durante su carrera académica ha impulsado diversos proyectos, muchos de ellos en colaboración con organismos públicos y privados. "Hay muchas cosas en las cuales me enorgullece haber colaborado, pero probablemente es Random UChile (Faro de Aleatoriedad), una de las que más satisfacciones me ha traído. Fruto de una iniciativa internacional de investigación, me ha permitido colaborar con colegas, estudiantes e ingenieros brillantes, todo con el propósito de mejorar procesos públicos aumentando su transparencia y con ello, revalorizando el impacto directo y positivo de las tecnologías en mejorar nuestra sociedad", afirma el académico. Destaca también el desarrollo de diversos proyectos de votación electrónica y, en particular, cuenta que actualmente se encuentra investigando cómo aportar con tecnología sólida, basada en ciencia y matemática, "a la creación de servicios que permitan a los miembros de la comunidad universitaria colaborar, participar en decisiones, y reportar su opinión o denuncias, con la adecuada privacidad y transparencia".
Ciencia de frontera: "Uno de los principales roles de la Universidad"
Al consultarle al profesor por su visión de la labor que se realiza en el DCC, lo primero que señala es que, "reconocido internacionalmente, el DCC ha generado un ambiente grato y de apoyo, donde es posible hacer investigación de primer nivel, muchas veces con estudiantes realizando notables contribuciones. Y en la docencia, el DCC trabaja estrechamente con los estudiantes para entregar una docencia efectiva y de calidad. Sin embargo, nunca he visto al Departamento dormirse en los laureles. La comunidad DCC (académicos, estudiantes y personal de colaboración) está siempre mirando para el lado, comparándose con aquellas instituciones en el mundo que lo hacen mejor: intentando mejorar los mecanismos y condiciones para hacer mejor investigación, y para lograr una docencia mejor y más innovadora. Creo que eso es una de sus principales fortalezas. Mi visión es que esta estrategia no debe cambiar sino profundizarse: debemos seguir siendo profundamente críticos de nosotros mismos, de qué no hacemos bien y cómo podemos mejorar. Pero tampoco debemos perder la segunda característica fundamental del DCC: su calidad humana la cual permite generar un ambiente de cercanía, donde es normal que sus integrantes se preocupen por el resto y la diversidad sea celebrada".
Sobre la disciplina de la computación en particular, señala que el DCC "no está ajeno a uno de los principales desafíos de la ciencia hoy: adecuarse a una sociedad más exigente, que busca resolver los problemas relevantes de nuestro contexto local, más diverso y con más equidad, más allá de las preocupaciones de nosotros, los académicos y científicos". En esta línea resalta la importancia de continuar desarrollando ciencia de frontera pues ése es –a su juicio—"uno de los roles fundamentales de la Universidad" y agrega: "No podemos, sin embargo, olvidar dónde estamos insertos ni las exigencias de una sociedad que busca soluciones a sus problemas. Desde el impacto de nuestra tecnología en el medio ambiente, el rol de los datos e inteligencia artificial en una potencial (re)estructuración económica y social, y la responsabilidad de quienes desarrollamos tecnología en mejorar la participación y la democracia; todos son desafíos abiertos en la computación actual. Es justamente en este último aspecto donde me ha tocado aportar recientemente: en cómo utilizar tecnologías para aumentar la transparencia de los procesos públicos, y generar nuevos mecanismos de participación y colaboración entre las personas de manera fácil pero siempre preservando la privacidad o el control de tus datos", concluye el académico.
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Comunicaciones DCC