Reinvención profesional: la experiencia de Cristian Lizama en el Bootcamp de Desarrollo Backend

En 2023, Cristian decidió dar un giro radical a su vida profesional. Dejó atrás su carrera como preparador físico para adentrarse en el mundo de la tecnología, ingresando a la primera versión del Bootcamp de Desarrollo Backend de la Universidad de Chile. Hoy, trabaja como desarrollador en la empresa Karibu y vive con entusiasmo su nueva etapa como profesional del área TI.

Dar el salto

Cristian Lizama, de 33 años, ha estado vinculado al mundo del deporte desde temprana edad. Se formó como preparador físico y trabajó durante varios años en una reconocida cadena de gimnasios. Sin embargo, tras analizar sus condiciones laborales y la falta de proyección a largo plazo, decidió explorar nuevas alternativas.
“Siempre estuve ligado al deporte, pero también a los computadores. Me encantaba jugar videojuegos en las noches y varios de mis mejores amigos son programadores”, afirmó.

Fue justamente uno de sus amigos quien le habló por primera vez sobre la posibilidad de estudiar en un bootcamp. Tras investigar distintas opciones, se decidió por el programa de Desarrollo Backend de la Universidad de Chile, motivado por la calidad de los contenidos y su enfoque práctico. «Mi amigo vio la malla y me dijo: “Mira, este framework y estas herramientas que enseñan se usan harto en el ámbito laboral. Podrías hacerlo y ver qué onda. Yo te ayudo después a encontrar pega o a estudiar”», recordó.

Los Bootcamps impartidos por la Universidad de Chile están diseñados para que personas sin conocimientos previos en programación puedan aprender desde cero, de forma intensiva y en un corto periodo de tiempo. Así, logran reorientar su perfil laboral, tal como lo hizo Cristian.

Una formación que replica el mundo laboral

Lo que más destaca Cristian de su experiencia fue el aprendizaje colaborativo. A diferencia de otros programas, el Bootcamp de la Universidad de Chile simulaba entornos laborales reales, integrando a estudiantes de distintas disciplinas, como Diseño UX/UI, Frontend y Desarrollo de Aplicaciones Móviles, en proyectos conjuntos.

“Lo que más me llamó la atención y por lo que lo recomiendo es que replican muy bien lo que pasa en el mundo laboral. No solo trabajas con tu equipo, sino también con personas de otras áreas, y dependes de ellos, como ellos de ti. Eso es muy valioso”, afirmó.

Durante ese mismo periodo, una amiga suya ingresó a un bootcamp en otra institución, pero notó claras diferencias: en su caso, solo trabajaban de forma individual o con personas de su propia especialidad. “Mis amigos que ya están en programación me dijeron que mi experiencia fue mucho mejor, porque te preparan realmente para el trabajo. Esa dinámica de trabajo en equipo fue una de las herramientas más fundamentales que me dejó el Bootcamp”.

Además, destaca la exigencia del programa: “El que no estudia o no tiene ganas de aprender, se queda atrás. Si te atrasas uno o dos días, ya te perdiste. Estás obligado a estar 100% presente”, señaló.

¿Dónde está Cristian hoy?

Durante su paso por el Bootcamp, Cristian se destacó por ser un estudiante participativo y comprometido. Esto llamó la atención de uno de sus profesores, Jorge Parra, quien tiempo después de su egreso, lo contactó para sumarlo al equipo de desarrollo backend de su empresa.

Sobre su experiencia con el profesor durante el programa, Cristian comentó: “es muy bueno para enseñar metodológicamente, súper capo, tú le preguntabas algo y lo sabía y si no, era capaz de resolverlo en el instante, dando una muy buena explicación.”

Actualmente, se desempeña como Desarrollador Backend en Karibu, una empresa de desarrollo de software, y valora profundamente esta nueva etapa. “Estoy súper feliz, pleno. Trabajo desde mi casa, es un buen trabajo”.

Respecto a sus próximos pasos, afirmó: “Quiero seguir especializándome en Backend. Ahora estoy haciendo cosas de Frontend y trabajando con servicios en la nube, como AWS. Mi idea es tener un stack completo: Backend, Frontend y nube. Estudiar siempre y estar al día con las nuevas tecnologías.”

Su historia demuestra que no hay edad ni profesión que limite a quien decide apostar por sí mismo. El Bootcamp fue el primer empujón, pero sus habilidades y perseverancia lo llevaron hasta donde está hoy.

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